¿Cómo te llamabas?

Te echo tanto de menos , que  ahora soy yo la que come cereales con la mano delante del ordenador, mientras que con la otra sigue el ritmo de una música ya casi pasada de moda. Echo tanto de menos tus consejos, que ahora soy yo, la que da estúpidos consejos suicidas mientras que con la otra manos les voy dando una cuchilla.

Shh...sé que te vas acercando...NO, NO...imposible. Shh... sé que me estarás espiando...NO, NO... no puede ser. Un, dos,  tres...Señora del gato negro, ¿ cuánto hace que tu voz dejó de ser insignificante para mis oídos?

Sola en casa me pongo a reír, como si hubiera descubierto la pócima mágica de la inteligencia, pero, solo yo, sé que de magia no trata. Los mismo años que hace que no te veo ni hablo contigo son los mismo del porque la gente siempre me pregunta por qué soy así de rara... Por qué no soy tan ingenua que una niña normal, del por qué siempre me gusta vestir de funeral y pocas veces atisbo una sonrisa. Hasta mi madre me pregunta por qué no puedo confiar en ningún ser humano, hasta en alguna tortuga con mirada psicópata...

¿Pero y si les cuento que soy así por ti? NO, NO...eso seria impensable...¿Y si les digo que fue porque eras el único apoyo en mi vida? NO, NO...eso es una locura...¿Y si les digo qué me tuve que convertir en una copia barata de ti, para no ponerme a llorar cada vez que recordaba tu nombre? Los humanos de mi alrededor, tendrán un montón de preguntas (Y ese pelo? Y esa ropa? Y esa mentalidad?) Pero yo me pregunto otras distintas... ¿Dónde estará mi verdadera personalidad? ¿ Si no me hubiera escapado, seria una de esas personas que tanto odio? . . .

Sabemos que al culpa es mía, porque no tenia fuerzas para seguir andando, pero también fue tuya, por seguir tu vida como si yo no hubiera existido...Boh, ¿Te mato por haber asesinado mi yo verdadero o te besos los pies por no convertirme en bazofia de la sociedad? . . .