miércoles, 13 de octubre de 2010

¿Cartas de papel?

Sueño en poder imaginar cosas imposibles. En soñar que el día de mañana sea mejor que este. Miro hacia atrás y veo personas que seguro que no volveré a ver. Personas que añoraré toda mi vida. Por que me tengo que engañar, el primer año, es eso, el primero de muchos, el pasado es pasado y el futuro no se puede criticar. ¿A caso sé qué voy a escribir dentro de tres segundos? ¿Acaso sé si me voy a dormir sin terminar este capitulo de mi historia?

¿Cuatro, cinco veces? ¿Cuántas veces he vuelto a escuchar nuestra canción, ? La escucho y en cada palabra, en cada reflexión, te veo sonriendo, riendo, llorando, durmiendo, como si en una sola canción se describiera tu vida. Max, Max Max, te echo tanto de menos, te quiero cerca de mi...quiero palpar con mis manos tus brazos. Quiero presionar mis labios con los tuyos tantas veces hasta no tener el sentido del tacto.

Cierro los ojos tu estas, pero desapareces. Te has ido y vienen personas nuevas; alocadas, sensibles, superficiales, diferentes a las anteriores. Te echo tanto de menos, las tendrías que conocer. Son tan distintos a nosotros, pero tan iguales a aquella multitud de donde nacemos.

Llevo medio curso en esta ciudad, o más, ya no lo sé. Por la ventana la lluvia no cede, algún día lo hará?me gusta la lluvia, me gusta el frío. Pero sin querer me quede sin luz, esta lluvia, tan repetitiva, lo oscurece todo, lo convierte febril y sin sentido.

Me quedé sin venda en los ojos, sin esa vida llena de males y pecados.¿Por qué me quedé sin teorías para mi mundo filosófico? Me siento como si el frío, amado en tiempo remotos, hubiera atado manos y pies con una cuerda frágil, pero fuerte para poderla desatar y poder descargar mi ira tras cinco gritos. Me quedé sin palabras, se me olvido el significado de la noche.

Dejo volar mi imaginación, dejo atrás el estrés que llevo dentro. Quiero respirar el mismo aire de antes, quiero oler el otoño tras la ventana, tener la misma inocencia de cuando era pequeña, escuchar el susurrar de las hojas caídas, el silbido de los pájaros de la vecina; ahora fantasmas, gritar ¡he vuelto! Pero ¿Eso ocurrirá? ¿Volveré al mundo real y veré que aún sigo en la misma habitación, donde todo empezó? ¿Volveré a vivir en los ángeles?

Tic tac, las agujas del reloj. Los segundos pasan, minutos, horas, días, semana, meses ¿Y si la distancia se convierte en eterna? Y si cuando mis ojos choquen con los tuyos no se reconozcan? Que pasaría si todas las noches soñadas contigo, solo fueran eso sueños. No quiero cristalizar mis ojos de nuevo. Terminaré esta carta con una esperanza de que, algún día; mañana o después de meses transcurridos, pueda leer la contestación, pueda leer esas palabras que deseo con tan esmero.


Ann ( . . . )

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